

Seamos "una Iglesia inquieta, que se moviliza", dice el arzobispo en la homilía por el papa en Buenos Aires
El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, dijo este sábado que la Iglesia que deja Francisco sea para los cristianos que "no viven su fe encerrados en cuatro paredes", en una homilía por el papa en Buenos Aires ante varios miles de personas.
"Seamos la Iglesia en salida que siempre nos propuso Francisco, una Iglesia inquieta, que se moviliza, que no se queda arrinconada, seamos cristianos en camino", pidió el sacerdote en su sermón en la Plaza de Mayo, frente a la Catedral donde el papa fue arzobispo hasta 2013.
Tras citar un tango del histórico cantante Carlos Gardel, que dice "las lágrimas taimadas se niegan a brotar / no tengo el consuelo de poder llorar", el arzobispo pidió: "Lloran los marginados, los que son dejados de lado, los despreciados, pero aquellos que llevamos una vida más o menos sin necesidades no sabemos llorar".
"Sean valientes. No tengan miedo a llorar. Por eso hoy lloramos a Francisco (...) porque también el dolor nos une como pueblo", prosiguió.
Los argentinos se congregaban ante las escalinatas de la catedral metropolitana donde el Arzobispado montó el altar para esta misa exequial. Pantallas gigantes en la plaza y a lo largo de las avenidas que confluyen hacia ella permitían a los fieles seguir la ceremonia.
"Acá la gente pobre lo quería. Dejó muchas cosas, especialmente la idea de servir a los demás en lo que uno hace", dijo a la AFP Agustina Renfiges, una enfermera de 46 años. "Ojalá que la iglesia se acuerde de los pobres", añadió, al quebrarse en llanto.
La jornada había comenzado con una vigilia nocturna. Un centenar de jóvenes instalaron carpas frente a la catedral y permanecieron hasta el amanecer para seguir el funeral en el Vaticano.
La misa en Buenos Aires se celebró poco después del sepelio del pontífice en la iglesia Santa María la Mayor en Roma, frente a la embajada argentina.
N.Neumann--VZ