

La justicia de Brasil restituye el pacto de no comerciar soja de áreas deforestadas de la Amazonía
La justicia brasileña restauró la vigencia de un pacto entre grandes empresas de no comerciar la soja cultivada en áreas deforestadas de la Amazonía, que había sido suspendido la semana pasada y levantado protestas de oenegés.
Una jueza federal resolvió dejar sin efecto temporalmente la decisión del regulador brasileño de la competencia, el Cade, sobre la llamada moratoria de la soja, vigente desde 2006 y considerada un mecanismo eficaz en la lucha contra la deforestación en la mayor selva tropical del planeta.
En concreto, el Cade había ordenado suspender el pacto al considerar que era anticompetitivo y perjudicaba la exportación de la oleaginosa, tras un pedido de la comisión de Agricultura de la Cámara baja.
El Congreso tiene mayoría conservadora y numerosos legisladores representan al poderoso lobby del agronegocio, uno de los motores del crecimiento de la primera economía de América Latina.
Brasil es el mayor exportador mundial de soja, con ventas internacionales por 96,8 millones de toneladas entre enero y noviembre de 2024, según la estatal Compañía Nacional de Suministros.
La moratoria fue firmada en su día por representantes de la industria de la soja, bajo presión sobre todo del mercado europeo frente al aumento de la deforestación en la Amazonía.
Los firmantes se comprometieron a no comerciar soja procedente de tierras deforestadas a partir de 2008.
Entre ellos figuran la Asociación Brasileña de Industrias de Aceites Vegetales, la Asociación Nacional de Exportadores de Cereales y una treintena de gigantes del sector como la estadounidense Cargill y la francesa Louis Dreyfus.
Cade les había dado diez días para desvincularse so pena de fuertes multas.
La decisión de Cade es "desproporcional y prematura" y no tuvo en cuenta criterios técnicos ni jurídicos, ni apreciaciones de órganos públicos como el ministerio de Ambiente, sostiene el texto de la decisión judicial del lunes, obtenido por la AFP.
Se aplicará a la espera de que avance el proceso administrativo abierto en el seno del Cade, según el documento.
Greenpeace Brasil celebró la decisión, pues "suspender la moratoria traía riesgos de incentivar nuevas deforestaciones, además de enviar señales negativas hacia acuerdos similares", dijo Cristiane Mazzetti, coordinadora de Bosques, citada en un comunicado.
Según un informe sobre la moratoria, entre 2009 y 2022 el cultivo de soja en la Amazonia creció 344%, mientras la deforestación se redujo 69% en las áreas monitoreadas por el acuerdo.
O.Meyer--VZ