

Harvard celebra su ceremonia de graduación empañada por arremetida de Trump
Harvard, la universidad más antigua de Estados Unidos, celebra este jueves su ceremonia anual de graduación, empañada por una batalla judicial con el gobierno de Donald Trump, que ha redoblado las medidas contra una de las universidades más prestigiosas del mundo.
Tradicionalmente marcada por emotivos discursos de estudiantes con toga y birrete, la ceremonia se realiza en medio de una presión sin precedentes del presidente estadounidense sobre Harvard.
Trump le prohibió recibir estudiantes extranjeros (una medida suspendida cautelarmente por una jueza), suprimió sus contratos con el gobierno federal, redujo sus subvenciones por miles de millones de dólares y cuestionó el estatus de institución exenta de impuestos.
Harvard, una de las ocho universidades privadas de élite de Estados Unidos que integran la Ivy League, cuestionó estas medidas ante los tribunales.
La institución rechaza ceder el control sobre el reclutamiento de estudiantes y profesores, los planes de estudio y las decisiones de investigación, como pretende el gobierno.
De su lado, Trump acusa a Harvard de propagar una ideología de izquierda y de haber dejado proliferar manifestaciones contra la guerra en Gaza, que asocia al antisemitismo.
"Harvard está tratando a nuestro país con gran falta de respeto", dijo Trump el miércoles.
El presidente de Harvard, Alan Garber, que dará un discurso este jueves, reconoció problemas respecto al antisemitismo.
Pero "lo que desconcierta es que las medidas que han tomado para resolver estos problemas no afectan ni siquiera a las personas que según ellos son la causa de estos problemas", declaró el martes a la radio pública NPR.
Al margen de la ceremonia, un juez federal de Boston escuchará este jueves a las partes involucradas sobre la eliminación del derecho de Harvard de acoger estudiantes extranjeros.
La jueza Allison Burroughs ya suspendió provisionalmente esta medida del gobierno. El 27% de los estudiantes de Harvard proviene del extranjero, una importante fuente de ingresos y proyección internacional para la institución.
Desde entonces, Harvard ha sido inundada con consultas de estudiantes extranjeros que buscan transferirse a otras instituciones, dijo Maureen Martin, directora de servicios de inmigración de la universidad, el miércoles.
Antes de la ceremonia de graduación, miembros de la banda de Harvard con distintivos blazers carmesí y portando sus instrumentos desfilaron por las estrechas calles de Cambridge, Massachusetts, sede del campus.
Un enorme escenario y cientos de sillas se habían dispuesto en un espacio con césped, cerrado al público para la ocasión.
M.Albrecht--VZ