

Acuerdo para emprender la polémica ampliación del aeropuerto de Barcelona
El presidente regional de Cataluña anunció el martes un acuerdo con el Gobierno central español y el gestor aeroportuario Aena para llevar a cabo una controvertida ampliación del aeropuerto de Barcelona, por unos 3.655 millones de dólares.
El aeropuerto El Prat de la ciudad catalana, por el que transitaron 55 millones de pasajeros en 2024, "se acerca rápidamente al límite de su capacidad", aseguró en una conferencia de prensa Salvador Illa, socialista cercano al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Se trata de "una infraestructura crucial para la prosperidad de Cataluña, pero también de España y de Europa. No podemos perder más tiempo", añadió el presidente catalán, asegurando que desea que El Prat sea "un gran 'hub' de conexiones intercontinentales".
El proyecto desvelado el martes, valorado en 3.200 millones de euros, prevé alargar en 500 metros una de las pistas del aeropuerto, el "mínimo necesario" para permitir el despegue y el aterrizaje "de vuelos intercontinentales", según Illa.
También se renovarán las terminales T1 y T2 y se construirá una nueva terminal, conectada a la T1 mediante un túnel subterráneo.
El objetivo, según el Gobierno regional catalán, es empezar las obras en 2030, para su puesta en servicio en 2033.
Barcelona y Madrid anunciaron en agosto de 2021 un acuerdo previo para una ampliación de El Prat por 1.700 millones de euros, que incluía la construcción de la nueva terminal y la ampliación de una de las tres pistas.
Pero el pacto quedó suspendido unas semanas después por el Gobierno central, molesto por la falta de apoyo de la región, entonces dirigida por el independentista Pere Aragonés, líder de Izquierda Republicana de Cataluña (ERC).
La ampliación del aeropuerto de Barcelona es una demanda que por años ha hecho Aena, pero también sectores económicos, al considerar que las instalaciones actuales están saturadas y son inadecuadas frente al auge de las conexiones con Asia.
Pero el proyecto enfrenta la oposición de varias asociaciones que abogan por repensar el modelo turístico de Barcelona, una de las ciudades más visitadas de Europa, y de los ecologistas, debido a su proximidad con la zona húmeda protegida del delta del río Llobregat.
Frente a las preocupaciones medioambientales, Illa aseguró que 250 hectáreas del delta del Llobregat actualmente dedicadas a la agricultura serán "renaturalizadas" y que se creará un "fondo ambiental" para mejorar la gestión de esta zona protegida.
O.Friedrich--VZ