

Francia y Reino Unido estrechan sus lazos nucleares ante la amenaza rusa
Francia y Reino Unido, las dos potencias europeas con armamento nuclear, están estrechando sus lazos en el tema, un paso importante para enfrentar el deterioro de la seguridad en el continente, complicar los cálculos de Rusia y tranquilizar a los aliados preocupados por el futuro del paraguas estadounidense.
- ¿Cuál es la postura nuclear de ambos países?
Desde sus inicios, la disuasión nuclear francesa ha sido completamente independiente, basada en la valoración exclusiva del presidente sobre cualquier amenaza a los intereses vitales nacionales.
Según el instituto Sipri, Francia dispone de 290 cabezas nucleares, repartidas entre los misiles a bordo de cuatro submarinos y los que llevan los aviones Rafale.
Reino Unido tiene 225 cabezas nucleares. La disuasión británica solo tiene un componente oceánico, con cuatro submarinos lanzamisiles balísticos, pero en junio el gobierno anunció el restablecimiento de un componente aéreo con la compra de 12 F-35 estadounidenses.
A diferencia de Francia, las fuerzas nucleares de Reino Unido están integradas en la OTAN, por lo que contribuyen a la defensa de los 32 Estados miembros de la Alianza.
Francia recordó el miércoles que las fuerzas nucleares de cada país seguirán siendo "independientes pero pueden, no obstante, coordinarse".
En 2020, el presidente francés Emmanuel Macron recordó "la dimensión genuinamente europea" de los intereses vitales de Francia.
Y desde la declaración franco-británica de "Chequers" en 1995, ambos países acordaron que "no existe ninguna situación en la que los intereses vitales de uno (...) puedan verse amenazados sin que los intereses vitales del otro también lo estén".
- ¿Qué cambia?
La declaración de Chequers se limitaba estrictamente a definir los intereses vitales de los dos países. El alcance de la nueva cooperación es mucho mayor.
"Chequers era una declaración puramente franco-británica a un nivel muy político", afirma Héloïse Fayet, investigadora sobre cuestiones nucleares en el Instituto Francés de Relaciones Internacionales. Ahora, "la referencia a las armas nucleares es mucho más visible y clara".
"Hay dos avances: en el plano operativo, con esta coordinación de las dos fuerzas de disuasión", explica a AFP. "Y el segundo es, evidentemente, la ampliación a la dimensión europea conjunta".
Los dos países afirman que "no existe ninguna amenaza extrema para Europa que no suscite una respuesta por parte de ambos".
La nueva declaración no indica que la respuesta sería necesariamente nuclear, ya que no emplea esa palabra.
Sin embargo, "este punto se menciona en el marco de la alianza nuclear, por lo que se mantiene la ambigüedad", analiza Artur Kacprzyk, del centro de investigación polaco PISM.
En materia de cooperación, las dos potencias también cambian de dimensión con "un grupo de supervisión nuclear".
"Es realmente un paso más con un grado de coordinación sin precedentes a nivel militar y político", afirma Fayet. Esto abre la puerta a medidas concretas como patrullas submarinas conjuntas, con por ejemplo un submarino de ataque de un país escoltando a un submarino lanzamisiles balísticos del otro, o la participación de aviones británicos en ejercicios franceses.
- ¿Complicar los cálculos rusos?
"Se trata de un avance positivo para la seguridad europea", declara Kacprzyk. "Complica los cálculos estratégicos rusos".
"Es un mensaje adicional dirigido a ellos: Francia y Reino Unido podrían lanzar una respuesta nuclear coordinada a un ataque contra sus aliados", subraya.
Pero, añade, "esto dependerá mucho de lo que los dos países hagan realmente juntos" y de lo que demuestren para dar credibilidad a estas palabras, un punto esencial en el mundo de la disuasión.
Por otra parte, "muchos europeos están cada vez más preocupados por Estados Unidos" y la solidez de su compromiso, señala Ed Arnold, experto del Royal United Services Institute, un grupo de reflexión con sede en Londres.
En este contexto, "la acogida por parte de los demás europeos de la cooperación franco-británica solo puede ser positiva, siempre que haya una traducción operativa concreta y rápida a través de mecanismos de discusión franco-británicos con más países", considera Fayet.
Th.Baumann--VZ